El Pastorado en La Biblia Una vocación de servir

el pastorado

TEXTO CLAVE:Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechosoHebreos 13.17

CONCEPTO CLAVE: “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”Hebreos 13.20 – 21

OBJETIVOS EDUCATIVOS: Al finalizar la clase las hermanas y los hermanos podrán:

  1. Reconocer e identificar el pastorado en La Biblia como un don de parte de Dios para aquellos que anhelan servir.
  2. Describir que elementos o requisitos personales son necesarios para los pastores espirituales.
  3. Identificar las palabras PASTOR – ANCIANO U OBISPO como sinónimas (tienen la misma aplicación)
  4. Agradecer a Dios por indicarnos la forma de vida que le agrada a él; y que anhelemos los dones de servir.

 

INTRODUCCIÓN

El uso de la palabra “pastor” proviene del empleo bíblico de la misma:

El Antiguo Testamento utiliza la palabra hebrea רעה (raʿah) más de 170 veces para describir tanto los cuidados y alimentación de las ovejas como en Génesis 29:7, como para describir los cuidados y alimentación espiritual de las personas como en Jeremías 3:15: «y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia». (RV60).

En el Nuevo Testamento el sustantivo griego ποιμήν (poimēn) y el verbo ποιμαινω (poimaino) suelen traducirse, respectivamente, como «pastor» y «pastorear». Ambas palabras son usadas un total de 29 veces, la mayoría de las veces para referirse a Jesús. Por ejemplo, Jesús se denomina a sí mismo el «buen pastor» en Evangelio de Juan 10:11. Las mismas palabras se emplean en el relato del nacimiento de Jesús en el capítulo 2 del Evangelio de Lucas para referirse literalmente a pastores de ovejas.

En cinco pasajes al menos del Nuevo Testamento el verbo pastorear se utiliza para referirse al trabajo cristiano:

Juan 21:16 – Jesús le pide a Pedro que apaciente (pastoree) sus ovejas.

Hechos 20:17 – Pablo hace llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso para darles su último discurso, y en Hechos 20:28, les dice que el Espíritu Santo los ha hecho obispos y su trabajo es «pastorear» la iglesia de Dios.1ª Corintios 9:7 – Pablo dice respecto a los apóstoles: «¿O quién apacienta (pastorea) el rebaño y no toma de la leche del rebaño?» (RV60).Efesios 4:11 – Pablo escribió: «Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.» (RV60).

1 Pedro 5:1-2 – Pedro pide a los ancianos que apacienten (pastoreen) la grey de Dios.

HISTORIA: Un pastor era el encargado de atender y cuidar ovejas o cabras, o en sentido figurado, que atiende, cuida, acompaña y se asocia como un amigo a otras personas. El pastor de  OVEJAS se menciona por primera vez en Génesis_4:2

“Después dio a luz a su hermano Abel. 

Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra”

Eloficio ha continuado en muchas culturas hasta hoy. Las ovejas necesitan constante vigilancia y protección. Deben dormir en un corral cerrado, llamado  REDIL (Juan_10:1), y de día el pastor debe llevarlas al campo en busca de pasto y agua (Salmos_23:2; Ezequiel_34:14). Como son poco agresivas (Isaías_53:7) e indefensas (Miqueas_5:8), el pastor tiene que defenderlas de las fieras (1º Samuel_17:34, protegerlas del mal tiempo, buscar a las descarriadas y sanar a las enfermas (Ezequiel_34:4). Sin pastor, las ovejas generalmente perecen (Números_27:16 – 19).

Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación, que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor. Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él; y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos” (Números 27.16 – 19 )

Aunque los pequeños propietarios de ganado a veces lo cuidaban personalmente o lo confiaban a sus hijos (Génesis_29:9; 31:38; 1º Samuel_16:11), cuando el rebaño pasaba de cierto número lo confiaban a un empleado (Lucas_15:15; Juan_10:12). Este recibía su paga en dinero (Zacarías_11:12) o con una parte del rebaño (Génesis_30:28-43; 1ª Corintios_9:7). Tenía que restituir los animales perdidos (Génesis_31:39), y sus responsabilidades ante el dueño eran detalladas La Ley de Moisés libraba al asalariado de esta obligación, si podía probar que la pérdida no había sido consecuencia de una negligencia suya. 

(Éxodo_22:9-13).

JESÚS EL BUEN PASTOR

Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. (Juan 10.8 – 15)

Había también el pastor sedentario, que salía por la mañana con su rebaño, y lo devolvía por la noche al redil (Juan_10:1-4). Con frecuencia, el rebaño era confiado: al hijo (Génesis_37:2; 1º Samuel_16:11, 19), a la hija (Génesis_29:9; Éxodo_2:16-17) o a un asalariado (Génesis_30:31-32; Zacarías_11:12; Juan_10:12). El propietario exigía del pastor el precio de todo animal desaparecido (Gén_31:39).

Obviamente el cuadro del pastor con su rebaño se prestaba para el uso figurado, puesto que la Biblia en parte procede de una cultura rural, pastoril y campestre. En este sentido Dios es por excelencia el “Pastor de Israel” (Salmos_80:1; 23.1; Jeremías_31:10).

Oh Pastor de Israel, escucha;                                                        Jehová es mi pastor; nada me faltará.

Tú que pastoreas como a ovejas a José,                                       Salmos 23.1

Que estás entre querubines, resplandece.

            Salmos 80.1

Durante su ministerio, Jesús cumple esta tarea (Marcos_6:34) y sobre todo en su muerte vicaria (Juan_10:11) que lo distingue de ladrones y salteadores (Vs 10 – 18 ) y del asalariado despreocupado (10.12). Por tanto, Jesucristo sigue siendo “el pastor de … almas” de los cristianos (1ª Pedro_2:25; “el gran pastor” (Hebreos_13:20) y “el Príncipe de los pastores” (1ª Pedro_5:2 – 4).

Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria

 (1ª Pedro 5. 2 – 4)

LOS MALOS PASTORES

En el Antiguo Testamento, también a los reyes, gobernadores y líderes religiosos de Israel se les consideraban pastores que se responsabilizaban por el bienestar de su pueblo. Los profetas en muchas ocasiones censuraron a los tales por su falta de cumplimiento (Jeremías_2:8; 25:32-38; 49:19, 51:23; Ezequiel 34:2 – 10; Zacarías_13:7), pero dos al menos recibieron encomios: Moisés (Isaías_63:11) y el pagano CIRO ejecutor de las decisiones de Dios (Isaías_44:28). Sobresale la esperanza del pastor que vendrá al fin de los tiempos para apacentar a su pueblo, reemplazando a aquellos que se mostraron infieles a su llamado (Isaías_40:10; Jeremías_23:1-4; Ezequiel_34:2-10; Miqueas_4:6).

Sin duda esto se cumple en Jesucristo (Mateo_25:31; Juan 10; Apocalipsis_7:17).

El Nuevo Testamento menciona una sola vez al pastor en sentido literal y fuera de las parábolas (Lucas_2:8-10). Su mención responde a los propósitos teológicos de Lucas, quien resalta la preocupación de Dios por los desamparados y olvidados de la sociedad. Es curioso que en la literatura rabínica del siglo II el oficio de pastor estaba en las listas de oficios que un padre no debe enseñar a sus hijos, pues los pastores no gozaban de buena reputación y, al igual que los publicanos, estaban privados de los derechos de un ciudadano. La enseñanza de Jesús era, entonces, una enseñanza aislada que rompía el esquema mental judío tradicional.

Es característico de las iglesias protestantes el llamar “pastor” a sus ministros e incluso algunos católicos lo hacen así. Aunque la iglesia primitiva, evitara los títulos y no aparezcan como tales. Dios proporciona a su pueblo hombres con los dones necesarios para apacentar el rebaño de sus hijos, según la promesa de Jeremías_3:15 : “Os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia”.

En el Nuevo Testamento la palabra pastor se usa una sola vez (Efesios_4:11), para señalar al ministro de una congregación, pero la palabra “apacentar” comunica el mismo concepto, pues es sinónimo de “pastorear” (Juan_21:15; Hechos_20:28; 1ª  Pedro 5:2 – 4).De acuerdo con el uso neotestamentario del término pastor, este tiene la misma función en la iglesia que el ANCIANO (es decir, presbítero) o el OBISPO. Las tres palabras se refieren a un mismo ministerio.

Esto último es una realidad en Oriente, así como que cada oveja tiene un nombre y que conoce la voz del pastor, y constituye un hermoso tipo de la relación de Jehová con Israel (Salmos 23) y de Cristo con la Iglesia (Juan_10:2-16). Las ovejas de otros pastores no prestaban atención a su voz (Juan_10:2-5). El pastor conducía el rebaño a los pastos, quedándose allí todo el día, y en ocasiones incluso la noche (Génesis_31:40; Cantares 1:7; Lucas_2:8); los defendía de las fieras y contra los merodeadores (1º Samuel_17:34-35; Isaías_31:4), recogía a la perdida (Ezequiel_34:12; Lucas_15:4). Se cuidaba de las ovejas recién paridas y de las esparcidas. El pastor llevaba un zurrón y un arma defensiva. Si hacía mal tiempo, se envolvía en su manto (1º Samuel_17:40; Jeremías_43:12). Su cayado,  le permitía dirigir el rebaño, reunirlo y defenderlo (Salmos_23:4; Miqueas_7:14; Zacarías_11:7). Era ayudado por los perros, que no eran demasiado dóciles ni fieles, pero que, al ir detrás del rebaño, señalaban el peligro con sus ladridos (Job_30:1).

En las Escrituras, Jehová es presentado como pastor de Israel, especialmente de los fieles (Génesis_49:24). Cristo es el «Buen Pastor». Él no ha entrado furtivamente en el redil, sino por la puerta. Sus ovejas responden con confianza al oír sus nombres y rehúsan seguir a otros. Al sacrificar Su vida por ellas, les ha demostrado Su amor. Todos los que tenían una posición en la teocracia: profetas, sacerdotes, reyes, eran considerados por el pueblo como pastores subalternos; su infidelidad a Jehová es frecuentemente mencionada (Isaías_56:11). En el Nuevo Testamento;  hay el don de los pastores para la iglesia, para alimentar y pastorear las ovejas; los ancianos u obispos son asimismo exhortados a tener cuidado de la grey del Señor, siguiendo el ejemplo de Cristo, el Gran Pastor de las Ovejas, y Señor del rebaño y de los encargados de cuidarlo (Efesios_4:11; Heb_13:7, 17, 20, 24; 1ª Pedro_5:1-4).

En el Nuevo Testamento; al repartir los dones espirituales; El Espíritu Santo, puso pastores, no uno sino que esta palabra siempre aparece en plural; considerando entonces que las palabras PASTOR à ANCIANO à OBISPO, tiene la misma función; para ostentar este privilegio, no corresponde a aquél que se ha preparado académicamente o teológicamente; queriendo ser reconocido por la iglesia y tenido en alta estima por los estudios que haya realizado, sino más bien, si este cumple la voluntad de Dios, agradable y perfecta. “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo” 1ª Timoteo 3: 1 – 7

En la organización de la iglesia, son pastores, obispos o ancianos; quienes están llamados a dirigir la congregación por los caminos de Dios, comportándose como siervos y siempre necesitados de Dios; reconociendo que todos somos hermanos (Mateo 23.8)

LECTURA ADICIONAL

Estudios sobre la organización establecida por Dios para su iglesia, se ruega al estudiante leer el material

A. Pastores, ancianos, obispos –términos sinónimos en el Nuevo Testamento.

1,  “Ancianos” es sinónimo de “pastores” en 1 Pedro 5:1-4. “Ruego a los ancianos que están entre vosotros… Apacentad la grey de Dios… Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” En este pasaje, “ancianos” y “pastores” no son dos grupos distintos de varones cristianos encargados de apacentar la grey de Dios sino un solo grupo identificado por dos distintivos. El primero, “ancianos”, resalta la experiencia y sabiduría que deberían tener. Hombres experimentados en la vida, que conocen a fondo la condición humana, con amplio entendimiento del evangelio de Cristo, como además de la naturaleza, misión y obra de la iglesia fundada por él. Neófitos, o principiantes, no, sino maduros, conocedores, sabios. El segundo distintivo, “pastores”, resalta su función principal, a saber, la de “apacentar y cuidar de la grey de Dios”.

  1. “Ancianos” es sinónimo de “obispos” en Hechos 20:17-28. “Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, (Pablo) hizo llamar a los ancianos de la iglesia.” Reunido con ellos, los llama “obispos”. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Versículo 28). También en Tito 1:5-7. “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad… Porque es necesario que obispo sea irreprensible…”
  1. Hoy por hoy (principios del Siglo XXI), estos tres términos no se utilizan como sinónimos en la gran mayoría de las iglesias del cristianismo.

a) “Pastor” es muy popular en las iglesias evangélicas y pentecostales.

b) “Obispo” identifica a un prelado de la organización eclesiástica tipo “episcopal” de iglesias tales como la Católica Romana, la Episcopal, la Anglicana, y otras de más o menos la misma categoría.

c) “Anciano” se usa en muchas congregaciones de una hermandad conocida como “las iglesias de Cristo”. También en la Iglesia Mormona (Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días) cuyos evangelistas jóvenes ostentan el título de “Elder”, vocablo inglés que significa “anciano”, curiosa anomalía, pues estos jóvenes ciertamente no son “ancianos”.

B. Pluralidad de “pastores” (obispos, ancianos) en cada congregación: el patrón divino establecido por el Espíritu Santo a través de los apóstoles.

  1. Pablo y Bernabé “constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído” (Hechos 14:23). Tengamos presente que “ancianos” es sinónimo de “pastores”.
  2. Una pluralidad de “ancianos” (pastores, obispos) figura en la organización de la iglesia en Jerusalén. “Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos…” (Hechos 15:4).
  3. El Espíritu Santo puso “obispos”, plural, o sea, “ancianos”, plural, en la iglesia de Éfeso. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos…” (Hechos 20:17, 28).
  4. “Obispos y diáconos” integraban el liderato de la congregación en Filipos. “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos…” (Filipenses 1:1).
  5. El evangelista Tito debía establecer “ancianos en cada ciudad”. Pablo le instruye: “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé” (Tito 1:5). Un apóstol del Señor, lleno del Espíritu Santo, manda a un evangelista a establecer ancianos (pastores, obispos) en cada ciudad. Precedente apostólico. Mandamiento inspirado. Voluntad de Dios. ¿Con qué justificación no organizar congregaciones de la misma manera en el tiempo presente? El evangelista-predicador que no lo haga obviamente desestima este mandato.
  6. “Obedeced a vuestros pastores (plural), y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas…”, exhorta el autor de la epístola a los hebreos (Hebreos 13:17). Suponiendo que hubiera un solo pastor sobre cada iglesia, quizás el escritor se hubiera expresado de otra forma, por ejemplo, “Obedeced cada uno a su pastor”, singular. Pero, ya se ha comprobado ampliamente que los apóstoles y evangelistas del Siglo I, guiados por el Espíritu Santo, constituían una pluralidad de pastores (ancianos, obispos) en cada congregación.

C. ¿Quiénes nombran a los pastores (obispos, ancianos)? Evangelistas cualificados, en colaboración con la congregación.

  1. Pablo y Bernabé, efectuando sus obras evangelísticas, “constituyeron ancianos en cada iglesia” (Hechos 14:23).
  2. El apóstol Pablo dejó al evangelista Tito en la isla de Creta con la encomienda de establecer ancianos en cada ciudad. “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé…” (Tito 1:5).
  3. El evangelista Timoteo recibe del apóstol Pablo el listado de atributos que ha de reunir el que anhelara “obispado”, obviamente porque Timoteo tenía, tal cual Tito, la responsabilidad de organizar congregaciones conforme al patrón dado por Dios. Además, sus instrucciones en 1 Timoteo 5:17-20 sobre cómo tratar a los “ancianos” resaltan el deber y la autoridad del evangelista respecto a la organización de la iglesia. “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos. A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman.”

D. Los atributos necesarios para ser pastor (obispo, anciano), según las instrucciones del Espíritu Santo. Estos se encuentran en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9.

atributos pastor

E. Los deberes de los pastores (ancianos, obispos) hacia la congregación que sirven, según determinados por Dios.

  1. Gobernar bien. “Los ancianos que gobiernan bien sean tenidos de doble honor…” (1 Timoteo 5:17).
  2. Mirar por sí mismo y por toda la congregación. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santos os ha puesto por obispos…” (Hechos 20:28).
  3. Apacentar la iglesia. “…para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” (Hechos 20:28). “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros…” (1 Pedro 5:2).
  4. Velar que no entren “lobos rapaces” en la congregación, o que no se levanten entre ellos mismos “hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”. “Porque yo sé”, dice Pablo a los obispos (pastores, ancianos) de la iglesia en Éfeso, “que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.”
  5. Velar por las almas. “Obedeced a vuestros pastores… porque ellos velan por vuestras almas” (Hebreos 13:17).
  6. Cuidar de la iglesia, sin enseñorearse de ella o explotarla. “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado…” (1 Pedro 5:2-3).
  7. Ser ejemplos para los que están a su cuidado. “…siendo ejemplos de la grey” (1 Pedro 5:3).
  8. “Exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:9).
  9. “…predicar y enseñar” (1 Timoteo 5:17).

¿Su congregación?¿Existe en ella esta organización establecida por Dios para su iglesia?

A. ¿Acaso gobierna su congregación un solo “pastor” (obispo, anciano)? De ser así, nos incumbe observar que su congregación no cuenta con la organización establecida por Dios para la iglesia que su Hijo edificó. El Espíritu Santo pone una pluralidad de “obispos” (pastores, ancianos) en cada congregación (Hechos 20:28). Lo hace en todo lugar y en todo tiempo donde evangelistas fieles a sus instrucciones constituyen “ancianos en cada iglesia”, seleccionando solo a varones que reúnan los veinticinco atributos ya desglosados. ¿Acaso dejaría Dios la cuestión de la organización de su iglesia a decisiones o gustos de los cristianos? A la luz de toda la información inspirada ya recopilada y presentada, la única respuesta razonable a esta pregunta sería: ¡Inconcebible! Definitivamente, no lo hace.

  1. Quizás su “Pastor”, singular, desconozca estas verdades bíblicas acerca de la organización de la iglesia. En tal caso, le convendría aprenderlas, y luego implementarlas, dimitiendo como “el Pastor de la iglesia” y ayudando a formar un liderato compuesto de hermanos cualificados bíblicamente. Tomar un paso tan revolucionario, ¿qué “Pastor” sentado cómodamente sobre el “trono del poder, privilegio y buenas entradas” es capaz de hacerlo? Solo el que ama el hacer todo lo más bíblicamente posible, pensamos.
  1. “Yo soy el Pastor de la iglesia” es una expresión que jamás se hubiese escuchado en aquellas congregaciones organizadas por los apóstoles y evangelistas fieles a las instrucciones del Espíritu Santo. “Te mandé”, escribe el apóstol Pablo a Tito, que “establecieses ancianos en cada ciudad”. No le mandó a nombrar a un solo “Pastor”, a un solo “Obispo”, a un solo “Ministro”, en cada ciudad, es decir, en cada congregación, sino a “ancianos”, plural, y dado que “ancianos” es sinónimo de “pastores”, el mandato fue que Tito nombrara a una pluralidad de pastores en cada congregación. Tampoco a “un Pastor y un Co-pastor”, sino a por lo menos dos pastores de igual autoridad. ¿Dónde se halla en el Nuevo Testamento el oficio de “Co-pastor”, es decir, un “Pastor subordinado”? En ningún texto, ni por implicación.
  1. “Mi Pastor es el hermano fulano.” “Voy a consultar a mi Pastor.” ¿Acostumbra usted expresarse así? ¿Se sujeta a un solo “Pastor”, con letra mayúscula, porque un solo varón gobierna su congregación, dándose el título de “el Pastor de la iglesia”? Si responde en lo positivo, mi deber solemne es indicarle que semejante organización no existía en las congregaciones fundadas durante el Siglo I por los apóstoles y evangelistas fieles a Cristo. Sujetarse a una pluralidad de pastores (ancianos, obispos) es lo bíblico. “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos…” (Hebreos 13:17). Sujetarse a un solo “Pastor” acarrea ciertos peligros, por ejemplo…

a) Que su potestad sobre usted sea excesiva, aun dictatorial.

b) Que su influencia o intervención en su vida personal sean indecorosas.

c) Que usted adule a su persona por ocupar él una posición de tanto poder sobre usted, o que lo tema desmedidamente por la misma razón, temblando ante sus imponencias.

Por otro lado, habiendo una pluralidad de pastores (obispos, ancianos) en el liderato, se suele evitar el abuso del poder, como además, relaciones perjudiciales con la membresía y la adulación de personajes particulares. Tengamos presente el siguiente Proverbio: “En la multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14). Esta norma es particularmente importante para congregaciones de almas dedicadas a las obras espirituales del Reino de Dios.

  1. “Pastor independiente” es aquel que administra su congregación, o quizás más de una, sin estar estar afiliado a ningún “Concilio” o “Movimiento”. De cierto, semejante tipo de “pastor” no se encuentra en el Nuevo Testamento y, por ende, no hay lugar para un “Pastor” de esta calaña en una congregación organizada según los mandamientos y las directrices del Espíritu Santo. En una congregación dirigida bíblicamente por una pluralidad de “pastores”, ninguno de ellos actúa independientemente de los otros, sino todos en concierto. Ninguno procede unilateralmente. Ninguno se hace “señor y dueño” de la congregación. Así, se evitan “dictaduras espirituales” del tipo “Diótrefes”. “Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primero lugar entre ellos, no nos recibe… parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia” (3 Juan 9-10). Los siguientes rasgos son típicos del “Pastor independiente”:

a) Tiende a lucir bastante carisma personal; ser enérgico, dinámico, muy confiado en sí mismo; de empuje, emprendedor, retador; de ego pretencioso. Atrae a personas de carácter menos fuerte.

b) Es “señor y dueño” de la congregación que logra formar, bien sea pequeña, mediana o grande. “Rey” sobre su “reino privado”. Hace y deshace a voluntad o capricho personal suyo. Violando las claras directrices del Espíritu Santo en 1 Pedro 5:1-3, cuida por fuerza de su iglesia, ejerciendo señorío sobre ella.

c) Resiste y rechaza la fiscalización de cualquier tercera. Administra personalmente todos los ingresos recibidos mediante diezmos, ofrendas, promociones, espectáculos o ventas. Efectivamente, opera su propio “negocio religioso”, ya sea pequeño o grande.

B. Estimado hermano y amigo, ¿Acaso sea su “Pastor” un hombre joven, quizás de apenas unos veinticinco o treinta años de edad? Acuérdese: “pastor”, en el contexto netamente bíblico, es sinónimo de “anciano”, y por consiguiente, se descualifican para el “obispado” (pastorado, ancianato) a los varones adultos jóvenes. “No un neófito”, apunta el Espíritu Santo, enumerando los requisitos para “obispo” (pastor, anciano), añadiendo: “…no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo” (1 Timoteo 3:6).

C. ¿Acaso sea su “Pastor” un hombre soltero? Si lo es, derecho NO tiene de ser “pastor”, pues entre los requisitos bíblicos destacamos los siguientes: que sea “marido de una sola mujer… que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad… que tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía”.

D. ¿Quién nombró a su “Pastor”? Nombrarse “Pastor” a sí mismo es otro fenómeno muy común del presente tiempo. Tomar el título de “Pastor”, o peor aún, de “Pastora”, abrir un local y presidir la congregación que va formándose, es un proceder que viola numerosos mandamientos del Espíritu Santo, conforme a todos los ejemplos y directrices reunidos en la primera parte de este estudio, según los que evangelistas están encargados de constituir a “ancianos” (pastores, obispos) “en cada iglesia”.

E. “Pastores independientes, pastores jóvenes, pastores solteros, pastores autonombrados”; mujeres “pastoras” que ejercen dominio sobre los hombres en abierto desacato del mandato divino que dice “…no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre” (1 Timoteo 2:12-14): ¿es cosa extraña que el panorama religioso de actualidad esté convulsionado a causa de “pastores” que abusan del poder, son avaros, codiciosos “de ganancias deshonestas” o cuya falta de moral produce grandes escándalos?

El llamado es a la restauración en las congregaciones de la organización establecida por Dios para su iglesia. ¿Cuántos valientes responden?

Este “llamado” se hace por amor a la verdad de Dios, y por amor a todas las almas deseosas de salvarse eternamente. Estas merecen la alimentación y el cuidado espirituales que solo proveen verdaderos “pastores”, debidamente cualificados, nombrados bíblicamente y que cumplen sus tremendos deberes tal cual definidos en el Nuevo Testamento. “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea” (1 Timoteo 3:1). “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros (los pastores fieles) recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5:4). Este será el imperecedero premio de los buenos pastores que apacientan “la grey de Dios… cuidando de ella… voluntariamente… con ánimo pronto… siendo ejemplos de la grey”.

Quien ama la ley de Dios, ama su doctrina, y por consiguiente ama a Dios y sobre todas las cosas es feliz con lo que Dios le concede y le da…

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