Romanos 15.13 – 14
INTRODUCCIÓN
La vida cristiana debe verse como una oportunidad de estar bien, pero no bien solamente con el prójimo que nos rodea, los vecinos o la familia; sino bien con Dios, sin cargos de conciencia que nos redarguyan constantemente. Que la paz de Dios pueda reflejarse en nosotros, como personas que practicamos valores, siendo personas pacíficas, sabiendo que son bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados: Hijos de Dios (Mt. 5.9) hay dicha cuando no somos señalados por faltas, ya sean estas faltas de respeto, o faltas pecaminosas delante de Dios. Y de no hacer quedar mal el ministerio que se nos ha encomendado y se nos ha confiado… Véase Romanos 2.24