Mateo 10.26 – 33
El temor es una emoción inherente al ser humano, pues está unido a él como en su mente o en su sangre y es un medio que Dios permite para que de alguna manera el ser humano recapacite en su condición y pueda buscarle. Muchas de las cosas malas que suceden a nuestro alrededor, son provocadas por el mismo ser humano que no tiene temor de Dios en su vida, ni en su corazón; la vida del ser humano en la tierra es bien corta y es necesario que las decisiones que tome aquí sean lo suficientemente acertadas para poder garantizar la existencia de un alma viviendo en paz junto a Dios. Un lamento de Cristo dice: “Porque, ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo y perdiere su alma?¿o qué recompensa dará el hombre por su alma?” Mateo 16.26
I- EL TEMOR A DIOS SE MANIFIESTA EN LAS OBRAS QUE CADA UNO HACE.
A- Las obras buenas que se hacen en Dios. Juan 3.20 – 21
- Nada hay oculto a los ojos de Dios. Proverbios 15.3
- No debe haber temor a declarar el pecado. Proverbios 28.13, 14
- El amor a Dios echa fuera el temor en cualquiera de sus manifestaciones 1 Juan 4.18
B- Las obras malas se hacen porque la persona está fuera de Dios “contaminada”.
- Las personas temen hablar de Dios.
- No quieren saber del juicio de Dios sobre el mundo.
- Prefieren vivir en tinieblas de horror.
- Niegan a Cristo con sus labios y con sus hechos.
- Otros niegan a Cristo solo con los hechos.
II- EL TEMOR A DIOS SE MANIFIESTA EN EL TESTIMONIO DE ÉL.
A- Ninguna alma puede vivir sin Dios.
- No debemos temer a los que matan el cuerpo y después nada hacen.
- El alma de cada uno de nosotros está en Dios (en su mano) Job 12.7 – 10
- El alma que pecare esa morirá, hay una responsabilidad personal. Ezeq. 18.20
- Nadie cae a tierra(muere) sin la voluntad de Dios.
B- La sabiduría de los hombres está en el temor que le tengan a Dios. Job 28.28
- El sabio, el entendido, el inteligente, es el que le teme a Dios y guarda sus mandamientos. Eclesiastés 12.13, 14
- Estando en las manos de Dios, no debemos temer mal alguno.
- Estando fuera de Dios somos presa del mundo, del pecado, del infierno.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN
Cualquier persona que reconozca en Dios su omnipotencia, es decir que todo lo puede hacer que no hay cosa que para él sea imposible; sabe que puede ser perdonada, si tan solo se arrepiente, aún de sus pecados más ocultos, Dios puede librarle, pues Dios también es omnisciente, todo lo sabe, todo lo conoce, y omnipresente porque él está en todas partes. Si usted le confiesa hoy delante de los hombres y confirma su fe a través del bautismo y se convierte de corazón a Dios, usted habrá librado su alma de muerte eterna.-